
Enseñadme mis primeros números y os buscaré para contaros mis problemas.
Jugad conmigo un ratito y os contaré cómo son mis amigos.
Dadme un beso con cariño cuando me vaya a dormir y me acordaré de volver a casa cuando tenga quince años.
Hablemos un ratito a diario y no tendréis que prenguntar por mi al psicólogo del colegio.
Sed tiernos aunque vengáis cansados. Para pensar como pensáis ahora, habéis necesitado muchos años.
Yo deseo ser un día como vosotros: tiernos, pacientes, capaces de quererme como soy. Si lo hacéis así no tengáis miedo: me será difícil separarme de vosotros, porque yo también os querré.
Aquests dies hem reflexionat molt sobre quina ha de ser la relació família-escola. L'altre dia, cercant pels calaixos, vaig trobar una carta que va donar l'escola als meus pares quan jo tenia 4 anys. Em va sembla un molt bon exemple de com l'escola pot ajudar a les famílies a ser, no només un bon model educatiu, sinó també a ser persones que saben valorar els seus fills, a saber-los entendre o, almenys, escolar-los.